Tan atrás de ese chico estabas. Tanto te gustaba. Tan lindo era. Cómo sonreías cuando te mandaba un mensaje! Si, una época dorada. Qué buenos tiempos. Pero hoy estás parada un casillero más adelante. Por fin! Los planetas se alinearon, los chanchos volaron, las macumbas funcionaron y vos decidiste hacer borrón y cuenta nueva. Hoy podés decir que te olvidaste, o por lo menos que lo superaste. Que te mentalizaste, cada célula de tu cuerpo respondió al llamado de atención entre tantas carilinas usadas y broncas relatadas a amigos. Creés firmemente que aunque sepas que un poquito aún te puede, ya hiciste el paso más grande: aceptar que fue. Y a partir de acá, una chica nueva. Brillante, gloriosa. Dispuesta a llevarse el mundo por delante. Te cansaste de estar pendiente de ese. Todo va perfectamente. Hasta por ahí conociste a alguien! Estás más que orgullosa de vos misma, tus amigas te idolatran y ya pensás que conquistaste otro casillero. Es ahí cuando en el auge de la emoción por poder gritar ‘Siiiiii, lo conseguí!’ como el tipito de la publicidad de los chicles para dejar de fumar, todo se vuelve turbulentamente odioso.
‘Hola, cómo estás? Hace rato que no hablamos, quería saber cómo andabas…’
Listo, todo ese mundo que construímos, nuestra pequeña burbuja de perfección se pincha simplemente así. El muy gil decide volver a desequilibrar todo. Una se pone a pensar que el que se va sin que lo echen, vuelve sin que lo llamen se queda corto para describir esto.
Parece a próposito, una vez que ya estamos listas para darle menos pelota, el tipo cae regaladísimo, obvio. Super simpático, buscar charlar con nosotras, comenta estados, te habla por msn, todo el acting por el que vos te morías apenas unos meses atrás. Y ahora no solo por un lado te encanta y te tienta a caer otra vez, sino que además te despierta una bronca inmensa. Todo ese laborioso trabajito de hormiga que estuviste haciendo durante esa primavera fallida está a punto de llegar a colapsar porque a ese tarado se le ocurre agarrar la piedra angular de tu esfuerzo.
Empezás, al principio, quizás a seguirle la corriente. Quizás es random, quizás claro, el pelotudo se habrá peleado con la que estaba…Seguro, es un tarado. Total una charla más, una charla menos, que te hace? Total lo superaste. Las charlas que se prolongan a partir de este momento son tu prueba de fuego, valga la redundancia si recordamos ese otro dicho que dice ‘donde hubo fuego, cenizas quedan’. Malditas putas cenizas. Esas que estamos seguras que si se les da un poco de vientito, en seguida empiezan a dar calorcito. Otra vez. No. Lo pensás bien y decidís que sólo vas a hacerlo si prometes, y hacés un esfuerzo casi titánico para no meterte de nuevo en todo aquello. No, no le voy a dar el gusto. No, no y no. Como un mantra personal respirás profundo, y te decidís a contestarle, como esa mujer nueva, renovada y genial que está lista para enfrentar estas revanchitas molestas.
‘Y qué andás haciendo? Estás con alguien?’
Cómo se atreve a preguntarme eso!? Y si no estoy con alguien, qué? Ahora mágicamente te agarró el amor? Y luego de responder eso, una se da cuenta si realmente se está cayendo otra vez. Si estás con alguien pero este te encanta, lo sentís. Si no estás con nadie y te dan ganas de corre romper todo e ir a donde está él. Perdiste, el ladrillito que contenía todo lo demás ha sido sacado de su lugar. Y lentamente uno a uno van cayendo, poniéndote no sólo histérica con él, sino con todo lo demás que te rodea.
Ahh mira vos, yo? No, ya no estoy con ella…’
Gritos mentales desesperados, o ahogados por una almohada. O directamente gritados al aire. Acá nuestra fuerza corporal, sentimental, emocional y psicológica está a prueba. Una se lo imagina. Gracias a nuestra naturaleza, sabemos leer entre líneas cada tanto, y como lo conocemos tanto de estarle atrás vaya uno a saber por cuánto tiempo, estamos completamente seguras hacia donde va esta conversación desde el momento en que te empezó a buscar. Pero sin importar que decidamos hacer, ese quién primeramente nos hizo quererlo tanto, después odiarlo el doble, luego superarlo y ahora ponernos el doble de histéricas, se las arregla para resucitar de entre los muertos enterrados de tus antiguos amores para volver y desestabilizar ese hábitat especialmente creado para un correcto funcionamiento de lo demás.
Pero como siempre, a veces nos toca ponernos un poco nerviosas con estos temitas. Lo importante, como siempre me digo, es que por lo menos tu vida es menos aburrida. Y por ahí las segundas vueltas, quién te dice no son malas. Lo bueno vuelve, dicen.
Total, la tercera es la vencida.
Yo vencí en la tercera, doy fe. Por lo menos tratemos de ser felices. Después veremos como sigue todo. No sufran de más, eso sí.
Saludos a todos por allí, y gracias!
El msn tiene miles de bondades, pros y cosas buenas que nos hacen los días menos aburridos quizás, y por ahí algo más prácticos. Es así que cada tanto tenemos etapas en las que sólo nos conectamos porque sabemos que él (o ella) se conecta todos los días meticulosamente a las 22:33, luego de cenar, mientras mira uno de esos programitas que le encantan. Y tras ese insignificante aviso, entramos en una pequeña crisis que conlleva cierta cantidad de etapas y posibles posiciones frente a una misma situación. Cómo un sonidito nos puede dejar con el corazón un poco agitado: ‘Uh se conectó!’.

LA DÍFICIL
‘No le voy a hablar, que me hable él…’
Claro, luego de sentir y confirmar que el tipo tiene un cuadradito verde al lado de su nombre, que mejor ni piense que le vamos a hablar. No, por supuesto. ‘Si, si quiere él me va a hablar… Mirá si lo molesto. Si no va a pensar que estoy re pendiente de él, y nada que ver…’ Nada que ver, no claro que no. Capaz un poco no? Esa actitud de en realidad me da igual que me hables, te hace sentir más segura con vos misma: sos una chica fuerte y ni ahí que te vas a dejar dominar por ese tarado que no sólo es simpático sino que además es re lindo. Exactamente, cada tres minutos comprobamos que aún no se fue y comenzamos proporcionalmente a pensar porque será que no nos habla. Mientras por ahí lo comentás con alguna amiga o no, simplemente te pones a hablar con cualquiera de cualquier cosa que te haga distraerte. ‘Ya me habla, vas a ver…’

HISTERIA
‘¿Por qué no me habla?’
Elevando una octava el sonido de tus pensamientos, comenzás a preocuparte. ¿Por qué será que todavía no te habló? Ya estás llegando a los codos a falta de uñas que comerte mientras las espera se te hace más complicada. ‘¿Pero qué se piensa que soy? ¿Qué cuando se le canta viene y me busca? Y yo obvio que no le pienso decir nada, que se mate.’ Pero por dentro ya estás al borde del click que hace que pierdas esta competencia sin nombre que se sabe que existe, ¿quién se rendirá primero? ‘Él, si. Seguro. Ya me habla…’

BANDERA BLANCA
‘Uhh bueh, ya fue. Le hablo yo…’
En vista de las circunstancias y ya, con mucha suerte, 20 minutos más tarde te decidís y abrís esa ventanita endemoniada. Te rendís ante vos misma y te das cuenta de que no ibas a poder resistir mucho más. Juntás un poco de fuerzas, te hacés la que ni mirabas lo que hacías y la ventanita se abre, lista a ser testigo de todo lo demás. No todo está perdido, y en este juego de orgullo que quizás no estés jugando sola puede surgir una conversación digna de ser guardada en tu computadora. Después de todo si hay un postre bueno, que tiene de malo comerse un poco de ese orgullo…

DESCENLACE FATAL
‘Pero qué? La puta madre, ¿cuándo se desconectó?’
La cruel, triste y asquerosa verdad. Por estar haciéndote la ‘quenomeimporta’ resultó ser que en algún instante de esos en los que nos ocupábamos de mirar con medio ojo el msn, teniendo todas las pestañitas cerradas cosa de no tentarnos primeras, el tipo se fue. La peor de todas, porque no sólo te deja con la bronquita de se fue, sino que encima NO ME HABLÓ!Ahhh bueno, listo. Ya está que le pasa?’ Si, no tenés la menor idea, y tenés menos idea de que es eso que se te metió en la cabeza para no hablarle primero. ‘La próxima vez no me pasa, que piense lo que quiera…Tururún…Uy, se conectó otra vez!’ Cara de feliz cumpleaños, y los deditos se te van solos…’Hola.’ Pero de esos ortivas, como si nada. Que tiernas somos.

Y así pasamos cierta cantidad de horas dedicados a estos jueguitos de quién pierde primero. Que hacen un poco más interesante las charlitas y crea un ambiente, decididamente menos sano a nivel mental, pero más entretenido, eso si. Lo importante en estos casos, según mi humilde opinión, es rendirnos cada tanto. Total, quién dijo que todo está perdido? Aunque, esperar unos minutos a ver si nos habla primero, y ver su Hola nos pone más que contentas, pero no nos dejemos estar. Si queremos que las cosas pasen, ayudemos un poquito. Poquito no más.
Como siempre, es muy probable que alguien por ahí se lo esté perdiendo. (Por ahí es uno de esos que habla primero)
Saludos para todos y más que muchas gracias a todos los que siguen, leen, chusmean, comentan y concuerdan con este universo de Resentidos. En serio, muchas gracias!



24/03/76: NUNCA MÁS.
‘¿Pero qué? ¿Cómo se le ocurre hacerme eso? ¿A vos te parece? Porque a mi cero eh…¡Aaaay, lo odio!’ Es en ese momento de desesperación en el que te propones la misión de alienar las mentes de las amigas diciéndoles todo lo que ese estúpido te hizo. No lo podes creer, ¿pero qué mucho más podés hacer? Sabés que él en realidad no está con vos, aunque obviamente que vos seguís atrás haciendo pequeñas mejores a su relación. Lo conoces de hace rato ya. Tal vez tuvieron algo y hoy es ese que vos por mucho que te cueste decirlo en voz alta, estás totalmente segura de que te puede. Qué garrón amigas darnos cuenta de que tenemos debilidades. Pero el primer paso, siempre es aceptarlo. Si, ese tipo se las ingenió para meterse en nuestro sistema, causar estragos y encima tener la amabilidad de hacerlo con una sonrisa. Que a vos, por supuesto, te frena el mundo, te da vuelta la estantería y te hace agradecer a la gravedad que aún te mantiene con los pies en la tierra. Aunque sabes que la mitad de las palabras que dice están desde momentos ancestrales en su sangre porque te aseguro que es pariente de Casanova. Es así el caso de este engendro por naturaleza, encantador y vivaz que cada palabra te endulza y caes una y otra vez en su red. Y sos la mosca más feliz de este planeta. Porque es así, ¿quién no tiene a uno de esos que con sólo pedirlo nos tiene a sus pies?
Miles de veces hiciste terapia con vos misma y tus aliadas:
-No, ya está, no le tengo hablar más…
-Es verdad, déjalo, él no es para vos. Vos te merecés algo mejor…

¡Si, vos lo sabés! Sos consciente que es peligroso todo esto, pero no podés evitarlo. Además vos sabés que él no es mal pibe…Es un divino…Y ahí está, te encanta. Estás totalmente convencida de que por más de que no hablen en un año, si te llega a llamar para decirte que necesita algo, cualquier cosa, vos vas a ir. Porque sos su amiga. Si, claro, de esas que les gustan sus amigos, de una manera que les cuesta contrarrestar, porque tiene esa manera de ser que simplemente no podés evitar que te pueda.
Probaste de todo, e intentaste el primer consejo de ‘No darle más bola’. Pero hay cosas más imposibles que encontrarte a Robert Pattinson cruzando por Libertador. Intentaste ser una mujer fuerte, capaz, decidida a hacerle frente a esa debilidad con nombre y apellido. Conociste a otros chicos, charlaste con ellos, sabes que son simpatiquísimos, que te re mereces cambiar los aires. Lo hablaste con tus amigas, tratás de sonar ortiva si es que hablan por mensajería instántanea, todo. Todas las tácticas habidas y por haber, vos las probaste. Pero no va que a la primera que el tipo te cae y te dice con una sonrisita que vos odiás, porque sabés que lo hace y vos tirás todo a la mierda con tal de agarrarte de lo primero que ves. Cual Medusa en la mitología griega, utiliza esa maldita manera de, quizás sin querer, dispararte toda clase de hormonas y situaciones químicas corporales que revolucionan los sentidos. Dicho así parece que te acabaste de cruzar con no sé Brad Pitt (no sé porque estoy usando tantos de esos ejemplos) pero pará! Es un tipo normal…Un tipo normal que te puede. Y eso ya nos dice mucho.
Cuento una mía.
Resulta que había conocido a este chico. Me gustaba, salíamos, charlábamos. Unos tiernos. Pero yo soy media fría a veces, y ‘me hago la que no me importa tanto…’ Mentira, yo sabía que me encantaba. Pero me hacía la boluda. Cuestión, se fue a Bariloche de viaje de egresados. JA! Si, la historia terminó como ustedes están pensando. Vino con otra. Y yo caí en la cuenta de que me encantaba maaaal. Pero ya era tarde, porque lo quería, y estaba bien, al final de cuentas que sea feliz, aunque no fuese conmigo. Si, no sé, estaba leyendo Crepúsculo en esa época, me creía Edward, no sé. En fin, lo había invitado a mi fiesta de cumpleaños, no lo podía ‘desinvitar’, no me daba. Además me encantaba, quería verlo y pavonearme diciendo ‘Ja, igual ahora no podés estar conmigo’. ¿Quién era la tipa, no? Jajaja Igual yo estaba enojadísima, me había propuesto ser amigos. Y si leyeron anteriormente, saben lo que pienso de eso. Pero no va que mientras esperaba que haga su aparición, me mentalizaba ‘Estás enojada, estás enojada, estás enojada’. Lo vi aparecer en la puerta.
-Hola…
Sonrisa.
-Hey…
Abrazo desequilibrador.
-Mmmmm…

Listo, es simple. Hay gente que tiene ese efecto en nosotras, y no debe ser tan malo. Dicen que todo por algo pasa. Yo creo que así es. Y de vez en cuando rendirnos aunque sea un rato no debe estar tan mal. Tratemos de ser felices y no sufrir más de la cuenta. Para que complicarnos, si conocemos la historia? A veces lo que da es disfrutar, aunque el libro ese lo hayamos leído en otras ocasiones anteriores. Y como siempre, es muy probable que alguien todavía se lo esté perdiendo.
Saludos a todos, y gracias como siempre!
Hace cuánto que no sabes de él? Y, ponele que unas semanas…Habías pensado en mandarle algo pero después desististe. Che, se está conectando poco. En qué andará? El sábado, dónde dijo que iba? Miles de preguntas que te llegan cada tanto, dudas que se pueden ver fácilmente contestadas tras un momento de estupidez máxima mezclado con un poco de aburrimiento. Bueno, ya fue, le miro el perfil de Facebook. Listo, sucedió. El mal del masoquista, el mal del curioso, el mal del pelotudo. Este es uno de esos problemitas que para mí, no se van con la edad. Esa manía que tenés de saber siempre de él, de enterarte qué hizo, con quién lo hizo y cuándo. De enterarte quién es esa que no para de comentarle los estados, quién es ese amigo que le está diciendo de ir a bailar el finde.
Reuniste fuerzas y todo lo que hiciste fue tipear un nombre en el buscador, y con cada letrita que vas sumando, el corazón se te agita y aproximadamente por sílaba, tenés 35 posibilidades por las cuales no sabes de él. Con un click decisivo, ya estás ahí y empezás a chusmear. Y es acá en donde el camino se bifurca una y otra vez. Los perfiles de la web de tu chico son tierra de nadie. Nunca sabes con que te vas a encontrar. Quizás no haya nada demasiado incriminatorio, quizás encontraste unas fotos etiquetadas del finde anterior y por lo menos sabes que hizo. Todo muy lindo, ves que te preocupabas por nada? O no? Por ahí te pones a investigar un poco, y te das cuenta que hay una tal Rocío que le comenta bastante…Aaah…Rocío. Y esa quién es? Qué se hace la simpática esta tarada? Qué onda esta mina? Lo peor está sucediendo, lo más resentido y femenino que hay después de Andrés, según esta chica que te lo reconoce. Quién no bardeó aunque sea un poquito a esa otra que no tiene nada que hacer al lado nuestro? Y ni hablar al lado de él, claramente. En un ataque de curiosidad te vas a ver el perfil de ella. ‘No, igual, no es taaaaan linda…’ Listo, estás en un vórtice profundo de histeria. Seguís leyendo, se sigue haciendo la simpática, y encima este tarado le contesta! Ah bueno, AH BUENO. Enseguida, tras unos pocos, muuuy pocos minutos de reflexión (porque seguís con esa estupidez momentánea), le comentás algo vos también. JAAAA! Mirá como marco territorio, querida! Y a todo esto llegás si sos de las valientes, de las que prefieren saber. Porque tenés la opción de mirar de reojo no más, y no traumarte demasiado. Porque esa es la segunda parte de la historia, quizás no era nadie esa Rocío…no, seguro que a él tanto no le importa…Quizás es sólo una amiga…Si claro, pensás, no seas ingenua, te decís.
Y ahí empieza la parte fea, el nudo de la historia. Vos sola con las pistas que tenés sobre la mesa, ya te haces la idea de donde la conoció, a qué hora, si le gusta ir a la playa, si desayuna café en la mañana, si le gusta el color rojo, y qué intenciones tiene. Si, vos le sacás la ficha solita, no necesitás a nadie que te cuente nada. Porque sos perfectamente capaz de hacerte la cabeza sola. Y llegar a la conclusión de que pobre, debe estar como vos. Le debe encantar. Porque más que a ella, lo conocés a él. Lo cual lo hace peor. Es así que luego de unos minutos en donde tenés armada toda la psicología de Rocío y tenés un par de puteditas inofensivas listas para lanzar al aire, ya estás menos segura de que hacer que antes. Pero ya fue, ahora que sabes quizás lo usás en tu estrategia…No?
Esa maldita manía de revisar cada perfil de la web que tiene. Y qué podemos hacer amigas? Si nos mata la intriga! Y estamos pasando por esa etapa stalker que necesitamos conocer de todo de su vida, o no todo, pero algo. No lo podemos evitar. Pero no desesperen, ya van a ver, va a llegar un día en que de a poco, no lo vas a hacer más. Y el mundo volverá a estar en un equilibrio bastante conveniente, libre de histerias pasajeras, y de Rocíos que crees conocer. Pero hasta que ese día llegue, seguiremos ahí, al pie del cañón, bien cerquita de la línea de fuego. Mientras estamos en esa batalla propia de conquistarlo.
Vamos chicas, que todas podemos, y como siempre les digo y pretendo no cansarme de decir, es demasiado probable de que alguien por ahí se lo esté perdiendo. En un ambiente libre de Rocíos, Agostinas y otras, eso es seguro. Mirá cuando vos seas la Rocío de otra persona? Apaa, esa te gustó, jaja.
Saludos para todos, y gracias por la buena onda de siempre!
De vez en cuando en la vida de una persona, se presenta un dilema muy complicado de resolver. Esos momentos en los cuales uno no entiende ni siquiera porque lo está pensando, ese instante en donde pensamos que nosotras solas nos complicamos la existencia, porque siempre como dicen, el camino corto es corto, pero el largo es muy largo. Por qué será que a veces nos tienta más el largo? Hoy estoy hablando de ese momento en que aparece alguien en nuestras vidas, el chico que vendría a ser el ideal. Y sabes por qué? Porque le encantás. Si, tonta, vos! Está hecho un boludo él ahora, porque de alguna manera está pendiente de vos, en mandarte mensajes melosos, en decirte cosas lindas, en comentarte todos los estados de Facebook porque no puede parar de pensar en vos. Y vos sólo atinás a decir ‘che, es un divino este tipo’. Pero como no la vamos a hacer fácil, es muy probable que a vos con él, por esas cosas de las estrellas no alineadas, no te pase nada, te guste un poco no más. Pero sos muy consciente de que, por lo menos, no tanto como ese otro idiota que te encanta. Ese que encima te encanta hace un año mínimo, con ese que quizás alguna vez pasó algo, pero que nunca demasiado. O a lo mejor te ve ‘como amiga’. O por ahí ni siquiera se dio cuenta que a vos te mueve el piso, la estantería, el adornito que está ahí arriba, la lámpara y todo lo que se te ocurra. Sí, claro. Ese mismo idiota que vos sabés que está con tres más, que apenas se conecta en el msn buscás la excusa para saludarlo, aunque vos sabes que no tendrías que hacerlo, ese mismo con el que te encantaría salir, o que si lo hacen no paras de sonreír como una tarada porque como he dicho y vos segura te lo dijiste a vos misma en aquellas reflexiones: ‘te en-can-ta’.
Claramente acá es cuando luego de meditarlo vos sola y no conforme con los resultados, lo empezás a contar a todo bicho confiable que te encuentres por ahí. Tus amigas, tu hermana, tu abuela, tu mamá, tu prima, las amigas de tu hermana, la china del super, ya recurrís a cualquier lado porque es en ese momento en que empezás a sospechar que realmente estás muy mal de la cabeza, porque si evidentemente, este que está super atrás tuyo y vos no le das bola, algo tiene que andar mal. Muy mal en el mundo real. Porque para vos es perfectamente comprensible que tus sentimientos sean para ese tarado que todavía no se dio cuenta que sos lo mejor que le puede pasar y que ni siquiera tenés punto de comparación a cada cosa que se encuentra para él (es ley). Te decís y te dicen que estás loca. Por qué será que ese que parece ser el Mr. Increíble del momento no te mueve ni un pelo. Te manda un mensaje super tierno y vos sólo pensás ‘Es un pesado.’, ‘La puta madre, tendría que ser otro nombre el de esto.’, ‘Es lindo, pero por qué carajo no me gusta?’ Esa es la pregunta principal, por qué carajo no me gusta. Por qué? Y si pudieras te tirarías en el piso al mejor estilo Anakin en el episodio 3 a gritar ‘Nooooooooooooooouuuuuuu’.
Por qué será que a veces nos gustan más esos que son, digamosle, díficiles. Esos que tardan en contestar mensajes, esos que te cuesta conseguir, ese que apenas te da la hora pero que ni por asomo (por ahora) te dice las cosas que te dice el otro señor. Por qué nos gusta remarla? Por qué la complicamos tanto? No es más fácil ir por lo seguro, probar con Mr. Increíble y hacer feliz al resto del universo? Si, es más fácil, pero también más aburrido. Yo pienso eso por lo menos, es que aunque suene mal quizás, vos sabes que está, sos consciente que no para siempre, pero el tipo está con vos. En cambio el otro que te pone miles de obstáculos que vos (también por ahora, porque no sos ninguna tarada) te encanta saltar, pasar, y seguir subiendo de nivel cual jueguito de Sega. Vos sabes que Increíble es todo lo que vos querés…todo lo que vos querés que sea el otro.
Qué le vamos a hacer amigas mías! Seremos complicadas, histéricas, lo que quiera cualquiera. Pero sabemos lo que queremos también, lo cual me parece un punto a destacar más que válido. No vamos a vivir toda la vida pendiente de un imposible, pero no nos hace mal de tanto en tanto probar suerte con ese que hoy nos haría felices. Después el destino dirá como sigue todo, pero no te quedas con la duda más molesta del mundo ‘Qué hubiese pasado si…’ Mientras no nos hagamos mal, yo creo que nadar contra la corriente, hacer las mil y una para ser the one, y sonreír por batallas ganadas cada tanto, no afecta a nadie.
Así que queridas, luchen un rato, no dejen al pobre Increíble porque quizás, en una de esas, te termine gustando, quien te dice. Y sobre todo no se olviden que, es muy pero muy probable, que alguien por ahí, se lo esté perdiendo.
Muchas gracias!