Hoy vamos a hablar de un tema que realmente me pone nerviosa. Creo que es uno de los problemas post-parejas más común e irritante de todos. El que más me pone loca.
La situación clásica: vos estás súper enamorada, y él para variar, no. Pero el tema está en que no sólo no podés dejar de odiarlo por lo que hace, sino que además estás completamente segura que lo único que querés hacer es abrazarlo, porque así y todo te en-can-ta. La situación amorodio es la más molesta de todas, porque simplemente nosotras que, aunque ellos se encarguen de decir que nunca sabemos lo que queremos, siempre nos gustan los que más nos cuesta tener y estamos lo bastantes seguras como para cada tanto, pelear por lo que realmente queremos. No nos enamoramos de imposibles, nos enamoramos de complicados para no aburrirnos.
Volviendo al tema principal, yo he sentido en carne propia el amorodio. Primer reseña personal para este blog. Él me encantaba, al punto de sonreír como idiota, cantar canciones boludas y que el corazón me salte del pecho cada vez que él me abrazaba. Cuánta sensación para la adolescencia, es difícil lidiar con todo. Demasiada hormona suelta. Es entonces que lo conocí por ser amigo de una amiga, y me terminé enamorando, sola. Porque adivinen que pasó? Si, eso mismo, conoció a alguien. Fuck. Pero por lo menos no tardó tanto en decírmelo, en eso se merece un punto. Entonces yo lo quería demasiado como para no querer matarlo. Era una situación tan contradictoria que llegabas al punto de querer gritar y no lo hacías porque ya parecías lo bastante enferma con tus problemitas internos.
Mi punto es que, es horroso odiar a alguien que querés mucho. Porque realmente lo odias, te saca cada cosa que hace: te enferma que esté con la otra, odias que se conecte con el corazoncito en el nick, y lo que peor te cae de todo es que con vos siga siendo un dulce de leche y vos por dentro te estás muriendo por pegarle una trompada y decirle ‘pero discúlpame, si me vas a dejar por lo menos hagamoslo bien, dejá de ser lindo conmigo pedazo de gil’. Porque este que me tocó a mi, me hacía eso. Yo ya no sabía que inventar para estar en paz conmigo misma y dejarle de hablar por lo menos, el primer consejo que te dan todos. Pero me estás cargando? Vos te pensás que no traté? Ya me comí hasta los hombros a falta de uñas que quedaran! En mi caso, no me gusta bloquearlos, porque antes que no saber, prefiero enterarme en que anda. Además una nunca sabe las vueltitas del destino. Por ahí, en resumen, soy una terrible masoquista, lo cual no me sorprendería. Porque fija que veía el cartelito de msn con su nombre, y ya me revolvía el estómago. ‘Nolehablesnolehablesnolehables’.
‘Hola (:’
Me estás cargando? Estoy ignorándote, no te das cuenta que estás con otra y yo no estoy con vos?
Y vos, como ya he dicho, te encanta, le contestás. Te hacés la mala, él no tiene que darse cuenta de nada. Generalmente nunca lo notan, pero nosotras por las dudas hacemos nuestro mejor esfuerzo para demostrarle a él y a cualquiera que ni en los sueños más retorcidos nos afecta. No, claro que no, somos mujeres fuertes.
Pero el idiota nunca se va, y nos encanta que no se vaya, aunque sabemos que cada palabra dicha de más alimenta esa esperanza que todas, por chiquitita que sea, guardamos. Por eso le seguimos el juego, por eso les hablamos, por eso les decimos que si a intentar ser amigos sabiendo que es más imposible que cruzarte con Johnny Depp en Cabildo y Juramento.
El amorodio es más peligroso que el amor en sí. Es más retorcido y complicado que eso. La línea que los divide es tan imperceptible que apenas nos damos cuenta cuando la cruzamos y de repente nos vemos haciendo cosas que no tendríamos que estar haciendo. Lo cual te vuelve a poner histérica, porque te diste cuenta que tenés en punto débil y en tu caso tiene nombre y apellido. Detestable.
Pero en fin, que vamos a hacerle? Como he dicho más de una vez, son un mal necesario, además nos entretienen, sino la vida sería muy aburrida. Si, pensá eso, y que seguramente si le vendés la historia a Cris Morena, te harías millonaria. Ya les contaré bien completa la historia de este chico, Cris ya me estuvo consultando por conseguir los derechos. Si, imagense lo que fue/es.
Queridas Resentidas, ojo con el chocolate, el helado y los bajones. Salgan a encontrarse uno el sábado, o quizás tu vecino que está bueno. Alguien por ahí se lo sigue perdiendo.
Gracias, buen finde a todas!


Nota del Autor: El título de esta entrada esta dado por la línea que mi mamá se encargó de inmortalizar. Cuando estaba en salita de 4 detestaba ir al jardín, y según cuentan y tengo recuerdos vagos de una seño con rulitos tratando de caerme bien, la repetía y repetía para explicar lo que sentía. Jaja, que tierna.